domingo, 1 de abril de 2012

Trabajo de un editor

Este es un claro ejemplo de cómo llegan las notas a la redacción y lo que tenemos que hacer con ellas para mejorarlas, claro, dejando de lado todos los errores que tiene la misma, no aporta nada noticioso, así que decidí dejarla fuera y no publicar la nota, acá se las dejo:


Afecta el cambio
de horario

CARLOS ORDUÑO

El cambio de horario realizado el día de ayer domino por los habitentes de la república, a ocacionado los promeros percances a los trabajadores que se han despertado tade y les a ocacionado rectardos en sus trabajos, además de bajar el rendimiento pues aun llegan con somnolencia a sus actividaes diarias, indicarón ciuadanos entrevistados por este matutino.
El gerente comercial de Comisión Federal de Electricidad, indicó que apedar de los problemas inciales en las personas por no estar acostumbrados al nuevo horario, el cambio del tiempo favorecera el ahorro de energia y la disminución de gases de efecto invernadero que propician el calentamiento global.
Comento que aunque inicia el horario de verano, el subsidio del gobierno federal a la electricidad no entra en vigor hasta el primero de mayo, por lo que pidio a la población tomar sus precauciones y seguir utilizando responsablemente los aparatos electrodomesticos para que los recibos no lleguen con altos cobros.

martes, 27 de marzo de 2012

Cambio de paradigma personal

En el periódico Noroeste se publican columnas de diferentes estirpes, aunque la mayoría se ven inclinadas hacia el lado derecho de su posición política.
Cabe señalar que no todas son así, hay también las priistas y las de izquierda, como es el caso de Sergio Aguayo o Lorenzo Q. Terán, de un color amarillozo con rojo, pero conscientes de su entorno más próximo y realista; la verdad no le pertenece a nadie, apoyo más cierta desconfianza = objetividad.
La columna que se publicará mañana (27 de marzo de 2012), llama mi atención desde que la leí por primera vez, se trata de "Siete puntos" de Francisco Gómez Hinojosa, quien es un párroco de Monterrey (acá su ficha: http://www.arquidiocesismty.org/Detallepersona.asp?op=2&id=399&parr=141).
Independientemente de manejar con habilidad y claridad su discurso religioso dentro de su columna, es de adminarse el amplio conocimiento que tiene sobre filosofía en general, para refutar a un "superhombre", hay que leer bien sobre él y sobre su "inventor", pasando por los clásicos como Heidegger, Hegel o más ad hoc San Agustín y el citado Federico.
Dejando de lado mis prefacios, me referiré a su publicación.
La visita del Papa Benedicto VXI ha sido un tema para diferentes plumas periodísticas en nuestro país, y por supuesto que los más interesados en ella son los mismos padres, sacerdores, teólogos, etc., entonces, el papel que juegan la mayoría de ellos es por demás obvio; hablar bien del máximo representante de Dios en la tierra. Un resultado previsible. Aunque, para cambiar de paradigmas -al menos personal-, leo con sumo interés que en el punto cinco, el "padre paco" como se hace llamar habla de un punto negativo de la visita papal, en el que nos dice:

"Como elemento negativo hay que resaltar una triste omisión: el no recibir a las víctimas de Marcial Maciel. Si Benedicto XVI ya se había encontrado con grupos semejantes en otras visitas: ¿por qué no hacerlo en nuestro País [...]?"
No estoy (estamos, no hay que mentir) acostumbrado a las críticas internas o a los comentarios objetivos y fuera de servilísmos dentro de la Iglesia católica, por eso es que Gómez Hinojosa me sorprende con su comentario. No es la primera vez que comenta algo fuera de lo que estamos acostumbrados, de alguna u otra manera, dentro de los diarios u opiniones "oficialistas" de una religión hegemónica en México.
No quiero decir, ni hacer entender que la Iglesia católica esté abierta al 100 por ciento a la crítica, de hecho no comparto la mayoría de los ideales de las religiones que he llegado (poco) a conocer, pero ese es un tema más personal que se puede abordar en otra ocasión.
Lo que quiero resaltar dentro de su comentario-columna, son los pequeños detalles que se pueden salvar. Hay que estar atentos a las opiniones que tenemos a nuestro alrededor, aunque pensemos que dentro de ellas no encontraremos algo nuevo. Vigilemos todo lo que podamos, para reflexionar sobre ello y dejar a un lado generalidades.

Eso, o sigamos cerrados a las opiniones nuevas que está por ahí. A mí me da igual.

viernes, 2 de marzo de 2012

Espejo de obsidiana

Columna un tanto desconocida, pero que tiene, a veces, unos vuelcos interesantes:


TROPOS

Adrián García Cortés

Volver a los orígenes
y salvar la naturaleza

Enviado por Maritza López López, una de las más connotadas editoras de Sinaloa y decididamente amante de lo bello que la naturaleza le prodiga al ser humano, hemos recogido el correo electrónico que adelante se describe, no sólo por rendirle homenaje a ella misma, sino por el asombro que la noticia puede producir a cualquiera que la lea.
Ella lo llama: ¡orgullo mexicano que hay que difundir! Y aún añade: ni Televisa en su Iniciativa México ni TVAzteca lo han difundido debidamente porque sólo publican lo que les deja dinero y se olvidan de lo más importante y esencial para México. Digamos también: en esta tierra de pródiga naturaleza, ¿qué medios han difundido el esfuerzo ecologista que los indígenas del sur hacen para rescatar sus espacios vitales?
Aparte de estas connotaciones personales, la realidad es que al leer el texto, se revivifica la esperanza de que nuestro País pueda recuperar lo que carece y darle a la simbiosis naturaleza-hombre la capacidad de supervivencia que en los últimos tiempos ha sido puesta en entredicho.
Pero no adelantemos vibras; he aquí la historia. Empieza por recordar la existencia de un premio tipo “Nobel” aplicado a la Ecología, que en esta ocasión no procede de la Academia Sueca, sino de dos filántropos norteamericanos y activistas ecológicos Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman.

Premio ecológico
a indígenas mixtecos
En 2010 fue otorgado a un campesino indígena mexicano Jesús León Santos, de 42 años, que ha estado realizando, en los últimos cinco lustros, un excepcional trabajo de reforestación en Oaxaca. El nombre de la recompensa es “Premio Ambiental Goldman”.
Creado en 1990 consta de una dotación de 150 mil dólares y se entrega cada año, en el mes de abril, en la ciudad de San Francisco, California. Hasta ahora ha sido otorgado a defensores del medio ambiente de 72 países. En 1991, lo ganó la africana Wangari Maathai, quien luego obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2004.
A Jesús León Santos -según el correo- se lo han dado porque, cuando tenía 18 años, decidió cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la “tierra del sol”. Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos, desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes distancias en busca de agua y de leña. Casi todos los jóvenes emigraban para nunca regresar, huyendo de semejantes páramos y de esa vida tan dura.
Con otros comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de reverdecer los campos. Y decidió recurrir a unas técnicas agrícolas precolombinas que le enseñaron unos indígenas guatemaltecos para convertir tierras áridas en zonas de cultivo y arboladas.

¿Cómo llevar el
proyecto a cabo?
En base al tequio, una tradición indígena de trabajo comunitario no remunerado, juntó a unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca, y con recursos económicos limitadísimos, se lanzaron a una gran batalla contra la erosión.
En la región Mixteca existen más de 50 mil hectáreas que han perdido unos cinco metros de altura de suelo desde el Siglo 16. La cría intensiva de cabras, el sobre pastoreo y la industria de producción de cal que estableció la Colonia deterioraron la zona. El uso del arado de hierro y la tala intensiva de árboles para la construcción de los imponentes templos dominicos abundaron el deterioro.
Jesús León y sus amigos impulsaron un programa de reforestación. A pico y pala cavaron zanjas-trincheras para retener el agua de las escasas lluvias, sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras vivas para impedir la huida de la tierra fértil.
Todo eso favoreció la recarga del acuífero. Luego, en un esfuerzo titánico, plantaron alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas, aclimatadas al calor y sobrias en la absorción de agua.
Después se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y campesinas, la soberanía alimentaria. Desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región.

Aquél páramo secular
se pintó de verde
Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se ha producido. Hoy la Mixteca alta está restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra. Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos, y siembran unos 200 mil árboles anuales.
Cada día hacen retroceder la línea de la desertificación. Con la madera de los árboles se ha podido rescatar una actividad artesanal que estaba desapareciendo: la elaboración, en talleres familiares, de yugos de madera y utensilios de uso corriente.
Además, se han enterrado en lugares estratégicos cisternas de ferrocemento, de más de 10 mil litros de capacidad, que también recogen el agua de lluvia para el riego de orgánicos invernaderos familiares. El ejemplo de Jesús León es ahora imitado por varias comunidades vecinas, que también han creado viveros comunitarios y organizan temporalmente plantaciones masivas.

¿Y en Sinaloa, cuántos
páramos hemos reverdecido?
Hasta aquí la historia, que retransmitida por Laura de Larrondo, pide a gritos a los mexicanos de todas las latitudes, que vuelvan la cara: primero a su entorno natural, a su propio paisaje, para que lo cuiden o lo rescaten; segundo, a los ecologistas que se sumen a estas faenas que más fecundos resultados podrán obtener que sus múltiples discursos y sus controversias con los políticos, y tercero, a los políticos mismos que año con año prometen apoyos al campo y que en torno a ello se diluyen infinitos casos de corrupción.
En Sinaloa, supuestamente el granero de la República, el estado de los 11 ríos y de las 12 presas, el vivero natural donde con agua todo crece, pero que, a pesar de ello, en las sequías todo se vuelve desastre y el clamor generalizado es que sean el gobierno o los impuestos públicos los que acudan a su rescate, ¿quién se ha atrevido a hacer lo que los indígenas mixtecos han hecho?

adriang@live.com.mx

sábado, 18 de febrero de 2012

El cliché sin obeliscos

El miedo que viene de la desinformación es inmenso. Voy a un caso concreto, la forma en que tachan al -todavía- precandidato a la presidencia de la república, por las llamadas izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, ya se ha vuelto un mal cliché.
En la mayoría de los medios podemos ver, leer o escuchar críticas hacia él. Casi todas recargadas a la protesta que hizo sobre Reforma en el DF allá por el 2006. Nunca vi otra manera de reclamar un fraude aceptado a todas luces. Apoyado por intelectuales, artistas, periodistas y muchos ciudadanos de a pie.
Ahora.
Tiendo ser subjetivo, ese es el corte de mi blog, la opinión de la clase media mexicana es generalizada en una mala imagen sobre Obrador. Con el fundamento vacío del "mal para México" se trata de llenar una idea sobre las opciones que tenemos para que alguien gobierno al país. Por los otros colores tenemos al "gobierno del cambio" que recrudeció la violencia en México, llenándola de muertos; las consecuencias son obvias y evidentes. El PRI nos ofrece una historia marcadísima por la gran corrupción que matuvo por 71 en toda la nación, con un abanico de muertes, falta de libertad de expresión -aunque a ellos y a grandes escritores debemos el surgimiento de la editorial Siglo XXI-, entre demás joyitas del priísmo.
Ahora, si volteamos un poco a la calidad cultural, arquitectónica, tecnológica, etc., que tenemos en la capital del país, vemos que los gobiernos de izquierda han mejorado mucho la calidad de los capitalinos, claro que falta tiempo para que sea un buen ejemplo de ciudad, aunque es un experimento -si lo queremos ver así- de lo que pudiera ser la nación con un gobierno no mocho, ni dictatorial, la izquierda con ideas tal vez rojas de China y Cuba, pero una izquierda que sabe funcionar dentro de las teorías que nos ocupan a todos los ciudadanos; seguridad, cultura, educación, trabajo. Aparte de las medidas que no podemos gozar los que vivimos en la provicia, pero en la verdadera provincia como Mazatlán, no la "provincia" de la zona metropolitana de Guadalajara o Monterrey. Donde nuestro transporte urbano se reduce a pocas opciones, mientras que en las grandes urbes el ruido y la potencia de miles de personas obliga a reflexionar sobre cómo movernos dentro de nuestro entorno. Por mencionar una sola cosa.
Imaginemos que un gobierno marcado por el ritmo de una inmensa ciudad esté al pendiente de todo México. Esta es sólo una idea vaga de lo que podemos ver. Se me acabó el tiempo.

martes, 31 de enero de 2012

Fear and Loathing in Las Vegas (1998) HD trailer

Ahí va el capitán Beto, por el espacio o Mi mano derecha se bautizó de cerveza

Una sombra sin metáforas, vacía de imágenes,
una sombra que sólo era una sombra,
y que con eso tenía más que suficiente.
Roberto Bolaño, Los detectives salvajes.


En tres horas yo venía de volar, llegué a la calle, siete treinta pe eme, el ruido de los cohetes anunciaban el inicio de la tradicional callejoneada, gente-geeente, ¿y mi amiga?, vi a Adán, platicamos, pregunté, fui a buscar, encontré más gente, regresé y todos estábamos listos, cerveza gratis. Soy la persona más lenta del mundo, o al revés, siento que todos son muy lentos y las cosas pasan debajo del agua, caminando con un cielo negro de estrellas entre nosotros, en estos momentos es cuando realmente llega la muerte; no como esta noche cuando la aceptamos con simpatía en los altares y decidimos sacarla del cementerios para hacer de su anonimato flores, llanto y música; la muerte es la pequeña ciudad que se autodestruye dentro de nosotros, no nos engañemos; la respiramos todo el día, este día, primero de noviembre, es sólo el pretexto para armar una fiesta; alegre, triste, destinada a morir de un momento a otro, como la vida, o la muerte que celebramos.

Soy flaco por imitación, pero bueno, mi esnobismo deja meterme entre la gente sin ningún temor para alcanzarmás rápido el alcohol. Hay dos callejoneadas. Una quiere conocer los altares instalados en puntos estratégicos del Centro Histórico para revivir la tradición que dice que el mexicano tiene la virtud de reír y hermanarse con la muerte, hasta el punto de hacerla motivo de gozo, encontrar la ausencia, agarrarla del cuello, abrazarla, llenarla de risas y colores. Y mientras la tradición quiere revivir para nosotros, los gringos la viven, la admiran, la añoran pues finalmente encuentranlos vestigios del México encantador que les contaron perdido en las calles de la ciudad.

La otra; cerveza y música. Sobra decir qué es lo que queremos. La calle Constitución se llenaba, trajinamos con dirección a la playa, llegamos, sólo yo pude pasar un poco más lejos de la muralla de personas, tomé tres vasos y los repartí, estiré la mano calculando que la espuma ya la hubieran servidoa alguien más, mi vaso y mi mano derecha se bautizaron de cerveza oscura, me alejé de la carreta, platiqué, y seguí caminando por calles muertas de tráfico, acuchilladas de ilegalidades, y llena de rumores blancos como la saliva de un ebrio joven
cruzando el Paseo Olas Altas: voy en mi cuarto trago continuo, se sienten en mi cabeza, los demás no se cuántos llevarán, me olvidé de la gente por estar pegado a la carreta, conseguir que te llenen dos vasos seguidos no es fácil.

Tratamos de seguir las carretas calle abajo. Sixto Osuna conecta a la Plazuela Machado con el mar, tal vez entrábamos al museo. A esa hora, el cometido inicial del evento se iba transformado poco a poco; de las ofrendas, el papel picado, las veladoras y los retratos, el peregrinaje del recuerdo y la reflexión tímida sobre la muerte, las muertes, nuestras muertes diarias en la soledad y la indiferencia fue cambiando: eran tres cometas a) burro, b) cerveza y c) ebrios sedientos. Seguimos a los astros que derramaban alcohol por sus heridas y nosotros bebíamos su dolor para no morir de hambre. Ya todos se veían un poco más “alegres”, incluso yo veía alegres a los burros que jalaban la carreta, a los niños de siete años que tenían trabajando entre alcohol y ebrios, a los vecinos que al despertar encontrarían sus banquetas olorosas a cerveza y excremento de burro, flores, vasos, botes, colillas de cigarro en sus maceteros, ruido, ¡ruido!, ¡RUIDO! Qué va, todos éramos una fiesta… mazatlecos con alguna hache entre la lengua, (mi amigo tenía en su mano tres vasos, mientras pedía uno más) éste es el espíritu de delirio que da la callejoneada con su música y gente unida por el alcohol, es único. Carnaval es marketing y dinero seguro, hola Gobierno.

Seguíamos por calles históricas e histéricas de música y arquitectura, años de vida, muertes altas, días secos y largos, donde los atardeceres se aburren de soledad, y en el calor se ponen a jugar con su sombra. Eran las ocho de la noche, y las carretas casi llegaban a su final, o lo sentíamos así, pasamos nuestro periplo entre un museo y un bar de gringos, donde es raro si hablas español. El canto de los grillos ha muerto. Terminamos en la calle Carnaval, algunos van detrás de las carretas a mendigar un poco de cerveza; cometas, heridas, sangre, borrachos. El contacto directo con el rostro de las personas no se da en la caminata, pero cuando la música cae al asfalto, todos volteamos a vernos las caras en un gran vidrio con pedazos de confusión, ¡qué hacer, a dónde ir! La cera de las veladoras y el naranja del cempasúchil quedaron apenas como una estampa borrosa, confundida entre los rebuznos. Aquí nos ramificamos, pero todos terminamos en una calle paralela al comienzo de la caminata, una U de alcohol y música sinaloense.



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Crónica publicada originalmente en la revista cultural Mantarraya, No. 3:
http://issuu.com/mantarrayaartecultura/docs/mantarraya_no_3/49

miércoles, 18 de enero de 2012

Inicio

Comienzo el blog con un poema de Max Rojas que no tiene título:

Dije que el mar es algo así como esa diaria muerte
de mi cuerpo. Hoy me sale lo bronco
y me revuelvo, hoy me sale lo herido
y me desgarro -perdón por esta forma
de amargura, pero es que hoy
de muy adentro me sale lo animal desbocado,
la verdadera furia que me empuja:
esto de maldecir espinas por la boca
lo formalmente triste,
lo exactamente amargo como el llanto.
Ahora me vuelvo y me despido y me regreso.
Voy a buscar mi sombra entre las sombra,
porque mordí sin tiempo un corazón de niebla,
y lo bronco.
lo verdaderamente animal que me sostiene
está dolido.

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